No llega la esperada victoria ni en Copa del Rey. Los herculinos jugaron mejor y controlaron el partido, pero dieron nula sensación de peligro. Partido soporífero en la primera mitad que se alegró en la segunda con un golazo de Manuel Pablo. El eterno capitán deportivista es una máquina que no parece tener fin. El autobús en defensa y el balón parado dio frutos a Caparrós, que se lleva un empate. Lo que importa es la liga, pero los suplentes deben darlo todo para tener un sitio en el equipo titular, y ayer no tuvieron una gran noche.
viernes, 2 de noviembre de 2012
Manuel Pablator
No llega la esperada victoria ni en Copa del Rey. Los herculinos jugaron mejor y controlaron el partido, pero dieron nula sensación de peligro. Partido soporífero en la primera mitad que se alegró en la segunda con un golazo de Manuel Pablo. El eterno capitán deportivista es una máquina que no parece tener fin. El autobús en defensa y el balón parado dio frutos a Caparrós, que se lleva un empate. Lo que importa es la liga, pero los suplentes deben darlo todo para tener un sitio en el equipo titular, y ayer no tuvieron una gran noche.
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